El término “cliché”
se aplica a todas esas frases, expresiones, acciones e ideas que han sido
usadas en exceso, que son conocidas por casi todas las personas y que
precisamente por el abuso en su uso han perdido fortaleza. Y eso es exactamente
lo que sucede con la siguiente frase: “Una
alimentación sana es indispensable para gozar de buena salud”. Todos los
sabemos, todos lo hemos oído alguna vez y ¿por qué es entonces que no todos
comemos saludablemente? O peor aún, ¿por qué es que cada vez lo hacemos menos?
¿Qué es exactamente lo que queremos decir los médicos y los nutriólogos cuando
aconsejamos esto? Y ¿por qué lo aconsejamos?
El organismo humano requiere energía para
funcionar. Cada proceso, como respirar, pensar, dormir o todos aquéllos de los
que ni cuenta nos damos, como el circular de nuestra sangre, consumen energía
para llevarse a cabo. ¿Y de dónde obtenemos esa energía? Pues sencillamente de
los alimentos. Ahora, ¿por qué es
entonces necesario que la alimentación sea “buena, saludable, balanceada”? Si
lo mismo obtenemos energía de una bolsa de papas fritas que de una ensalada o
un trozo de pescado. He aquí la razón a esto.
Resulta que además de energía, necesitamos
nutrientes diversos, específicos para diferentes funciones. Por ejemplo, necesitamos proteínas para construir
nuestros tejidos, carbohidratos para darle energía a nuestro cerebro y grasas
para que nuestras células sean estructuralmente fuertes y también para tener
reserva de energía en caso de una situación de escasez de alimento. A estos los
llamamos macronutrientes y todos ellos nos dan energía.
Pero además de eso, necesitamos un gran número
de sustancias que actúan en el laboratorio metabólico de nuestro cuerpo, son
algo así como las encargadas de llevar mensajes y provocar reacciones que, a su vez, forman
parte de un gran número de procesos y que al final se traducen en que
funcionemos adecuadamente. Las vitaminas, minerales y oligoelementos son esas
sustancias, a las que conocemos como micronutrientes y ¿qué creen? ¡Que también
están en los alimentos!
Por ejemplo, la vitamina K nos sirve para la
coagulación de la sangre; la vitamina B12 para que nuestros glóbulos rojos se
formen bien; la vitamina D es esencial en la formación de nuestros huesos y el
yodo, para que nuestra glándula tiroides pueda producir hormonas tiroideas, las
cuales intervienen en muchos de las reacciones metabólicas de nuestro organismo.
Entonces, si llevamos una dieta monótona,
excesiva en un solo tipo de nutrientes, como las grasas y, al mismo tiempo,
tenemos muy poca variedad de otros alimentos como las frutas, verduras y cereales, podremos entonces tener
déficit de esos micronutrientes tan esenciales para nuestro buen
funcionamiento. Desafortunadamente, las grasas, las proteínas animales ricas en
ellas, las sales y los azúcares abundan en mucho de los alimentos de
preparación rápida que se venden en la calle y que son el prototipo de
alimentación que caracteriza nuestra moderna y acelerada vida.
Enhorabuena y ¡bon appétit!
Ahora bien, si resulta que estamos hablando de
un niño, que se encuentra en pleno crecimiento, cuya necesidad de formar
tejidos es mucho mayor que la de un adulto y quien además se encuentra
desarrollando muchas funciones nuevas, la obtención de una dieta variada, rica
en macro y micro nutrientes es indispensable.
Imaginen un cerebro en formación, cuyas
neuronas se están formando para desarrollar todas esas conexiones nerviosas
necesarias para mandar las órdenes correctas al cuerpo y, de pronto, imaginen
la ausencia de los nutrientes necesarios para que esto se lleve a cabo…. Así
es, ¡el resultado sería lamentable! Un cerebro que no se forma bien, pero sobre
todo, que no funciona bien. Y esto es real, y aunque afortunadamente no es tan común, si sucede en aquellos niños que tienen una nutrición muy deficiente.
Los niños necesitan una alimentación variada
(que contenga alimentos de todos los grupos), suficiente (para que crezca y se
desarrolle bien), adecuada (a las particulares necesidades de esta etapa del
desarrollo) e inocua (es decir, que no contenga partículas contaminantes que le
pongan en riesgo). En pocas palabras, una alimentación
equilibrada. Pues bien, si es verdad que en todos los momentos de la vida,
una alimentación equilibrada es muy necesaria para una buena salud, en la
infancia esto es realmente indispensable, pues es el tiempo de nuestra vida en
que estamos literalmente formándonos y desarrollando la gran mayoría de las
capacidades que tendremos como adultos.
Papás y mamás lectores: Infórmense, consulten
con un experto en el tema y aclaren sus dudas sobre lo que es una alimentación
realmente equilibrada y adecuada para su hijo. Un tip sencillo de recordar es que entre más colorido natural tenga nuestra dieta (las frutas y verduras tienen una gama amplia de colores) más rica nutricionalmente será.
Démonos el tiempo de ser padres, pues ese nadie lo regala ni lo vende, uno mismo se lo da y dediquémosle a la atención de nuestros niños todo el tiempo que sea necesario para ayudarlos a crecer saludablemente. Esto implica prepararles alimentos adecuados y tenerles paciencia para enseñarlos a comer saludablemente. El camino puede ser empedrado y difícil al inicio, pero les aseguro que a la larga va suavizándose y sobre todo, que al final, el resultado será altamente gratificante.
Démonos el tiempo de ser padres, pues ese nadie lo regala ni lo vende, uno mismo se lo da y dediquémosle a la atención de nuestros niños todo el tiempo que sea necesario para ayudarlos a crecer saludablemente. Esto implica prepararles alimentos adecuados y tenerles paciencia para enseñarlos a comer saludablemente. El camino puede ser empedrado y difícil al inicio, pero les aseguro que a la larga va suavizándose y sobre todo, que al final, el resultado será altamente gratificante.
Enhorabuena y ¡bon appétit!
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