martes, 3 de mayo de 2011

En una sociedad decadente.... una reflexión en el Día de las Madres.

Entró el mes de mayo y con el viene el día de las madres... y al igual que la mayoría, estoy convencida de que sobran motivos para celebrar a la mujer que nos pasó la vida... quien mejor que nuestra madre para entendernos, apoyarnos, criticarnos, pero en definitiva para hacernos crecer. Y las que tenemos la dicha de serlo, sabemos que haríamos cualquier cosa por el bienestar de nuestros hijos, sin chistar ni renegar, por el contrario, con mucho amor y casi casi, por instinto...

Y debido a esta fecha, nunca falta el oportunista mercado, siempre atento de cualquier oportunidad para vender... En seguida se abarrotan los comercios de regalos para la mamá, anuncios en el televisor y en la radio, restaurantes con promociones para celebrar ese día... Definitivamente es muy válido reconocer con afecto a nuestras madres, pero no debería ser cuestión de un día ni debería tampoco convertirse en un blanco comercial, desafortunadamente así es.

Yo por mi parte, quise aprovechar esta fecha para expresar un mensaje a todas las mujeres que tienen la dicha de llevar este título. Somos las portadoras de un mensaje, de una voz que a veces se desvanece a pocos milímetros de haber salido, que muchas veces se pierde sutilmente sin llegar a hacer eco y al pasar del tiempo incluso olvidamos esa misión, la misma de ser madres.

En el afán de vivir una vida moderna y desarrollarnos como ciudadanas y seres humanos valiosos para la sociedad, nos colocamos en las filas laborales de jornadas largas y a veces incluso con pagos bajos. Convertimos al hombre en nuestro "contrincante" y disfrutamos poder "igualarnos"  con él o mejor aún, "vencerlo". 
Unas cuantas logran escalar hasta los altos puestos, agitando la bandera de liderazgo y demostrando su contagiable orgullo por las metas alcanzadas. Otras tantas en sus labores un poco menos decorosas, pero igualmente o incluso más valiosas, dejan sus cuerpos envejecer, y llenan sus rostros de líneas del tiempo y sus cabellos pierden tonalidades, mientras limpian las casas de las primeras. En fin, sea cual sea la labor o el valor de la remuneración, unas y otras se ausentan por largos tiempos de sus propios hogares, de sus hijos, de su labor de madres.

Los motivos pueden ser muchos: deseos de superación, de logros personales, oportunidades que llegaron sin avisar o simplemente necesidad de supervivencia. La realidad es que cada vez más madres salimos de casa, cada vez más hijos se quedan solos largas horas. Es entonces cuando sucede lo que decía antes, la voz se pierde, se debilita... el mensaje de desvirtúa, el hijo no se educa como debería.

En esta sociedad decadente, me pregunto yo y les pregunto a ustedes madres, si ¿volvernos un poco a nuestras antiguas tareas de líderes en nuestros hogares, más que en las empresas, ayudaría a que las nuevas generaciones retomen los valores tan escasos hoy día? Si en lugar de presentes, les damos presencia, amor y orden cuando debe darse, ¿será entonces que podamos formar niños menos berrinchudos, tener menos casos de "deficit de atención" (tan de moda hoy día y aquí aprovecho para comentar que en este punto, yo muchas veces digo que la única atención deficitaria es precisamente la de la madre al hijo)? ¿Será que si regresamos, aunque sea un poco más de tiempo a nuestras casas, podamos darnos cuenta a tiempo cuando nuestro hijo grita por afecto y atención antes de encontrar el camino de las drogas para autoengañarse en su afán de llenar vacíos?

Estoy convencida de que si en el hogar inculcamos y aprendemos valores, la vida afuera de casa dificilmente nos presentará oportunidad de que los olvidemos. De que difícilmente los delincuentes fueron niños felices y plenos, estoy segura que en su gran mayoría carecieron de amor, atención y reconocimiento... me pregunto dónde estaban sus madres? o ¿cómo era el cuidado que tenían con ellos? 

No pretendo, creánme, quitarle la emoción al tan esperado día de las madres, al contrario, si resulta posible, creo que yo también quiero que me lleven a comer ese día. Lo que en realidad intento es despertar la reflexión sobre lo que el día de las madres debiera realmente significar: una oportunidad para probarnos a nosotras mismas en la labor más importante que se nos ha encomendado en esta vida... la de dejar huella en las personitas que nos necesitan más que nadie, al menos al inicio de sus vidas.

A todas ustedes, por adelantado... ¡MUY FELIZ DÍA DE LAS MADRES!

1 comentario:

  1. Me encanto!! Así es sin ser feminista el cambio esta en las mujeres, y en la educación diaria a sus hijos!

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