lunes, 12 de julio de 2010

Tips para snacks saludables...

Botanas para niños: 10 consejos para ofrecer comida saludable entre comidas.


Todos los que somos padres de niños pequeños, sabemos que en algún momento del día, distinto de los tres típicos tiempos para comer (desayuno, comida y cena), como a media mañana o a media tarde, nuestros hijos sentirán deseos de comer. Con tanta actividad que realizan (correr, jugar, dibujar entre otras) es natural que tengan hambre a deshoras. A estos tiempos de comida les llamamos “snacks” o botana. Contrario a lo que mucho se ha dicho sobre lo “inapropiado” de comer entre comidas, los tiempos de snack son una buena oportunidad para ofrecerle a nuestros niños alimentos nutricionalmente valiosos.

Sin embargo, debemos estar conscientes de que es también en estas ocasiones de hambre feroz, cuando es muy fácil que los niños recurran a la alacena y coman lo primero que encuentran. La realidad es que si están presentes en su alacena y si no se les ha enseñado a evitarlos, es muy probable que elijan alguno de esos alimentos elaborados en forma industrial, ricos en grasa, sal y conservadores y pobres en nutrientes valiosos, por ejemplo los pastelitos, papas fritas, galletas u otras frituras que se venden en cualquier tiendita de la esquina… Todos estos “alimentos chatarra” tienen efectos no deseables para nuestra salud, sobre todo cuando se consumen en forma habitual.

Aquí le paso algunos consejos para ofrecer botanas saludables, aun entre comidas.


1.- Mantenga su alacena libre de comida chatarra.

No habrá llantos ni pataleos si su hijo aprende que en casa no encontrará alimentos chatarra. En lugar de eso llene su alacena y su refrigerador con botanas saludables, por ejemplo, un plato con zanahorias o jícama, o una pasas con almendras son buenas opciones para cuando sienta hambre entre comidas.

2.- ¡Vayamos al grano!

Los alimentos ricos en granos y fibra son una opción saludable y deliciosa para “botanear”. Las galletas saladitas tipo Pretzel, las crackers de harinas integrales o las barritas de granola, son excelentes opciones para proveer a su hijo de un momento lleno de sabor y energía al mismo tiempo.

3.- Juegue con los colores de los alimentos.

Zanahorias bebés, tiritas de apio, rodajas de pimientos amarillas, rojas o verdes, pepinos, jícamas, acompañadas de un aderezo libre de grasa, son excelentes opciones para aquellos niños que tienen predilección por los sabores salados. Fresas, kiwi, melón, pera, manzana y mango le darían a una ensalada de frutas el colorido del arcoíris, y si le ponemos un poco de yogur bajo en grasa encima, la haríamos ver todavía más apetitosa.

Unas gotas de limón, con un toque de piquín, también son buenas herramientas para variar los sabores en las frutas y verduras, pero recordando no abusar de ellas ni de la sal.

4.- Atrévase a innovar y variar el menú.

Así como es natural que los niños hagan sean juguetones y encantadores, también es parte de esta etapa el que hagan berrinches. La típica frase “no me gusta” cuando ni siquiera en su vida han probado algún alimento es parte de la jerga común de la infancia. Debemos aprovechar que a los niños les gusta explorar y descubrir y recordar que se aburren fácilmente de “lo mismo”. Y a veces a nosotros los padres se nos acaba la imaginación y de pronto estamos dando ¡siempre lo mismo! A mí misma, que ando metida en estos menesteres me ha sucedido y ¡varias veces!

Así es que incluso aquella barrita de apio en el fondo del refrigerador puede servir para crear una rica botana. Es cuestión de animarse, echar a volar la imaginación y ofrecerle a nuestro hijo nuestra atractiva y saludable nueva botana. No se desanime si la primera vez la rechaza, muchas cosas que nuestros hijos hacen, como los hábitos e incluso los gustos, terminan aprendiéndose a base de repetición.

5.- Bajo en grasa es una Buena opción.

¡Podemos utilizar productos lácteos bajos en grasas en el menú de nuestros niños sin problema! Eso no significa que le vamos a dar leche light a nuestro bebé de 1 año y medio, si en el día sólo toma una o dos tazas. Los niños pueden tomar leche entera, pero la recomendación va sobre todo para esos otros productos lácteos que comemos como parte de nuestra dieta. Ejemplo: yogur, queso crema, mantequilla, crema, mantequilla de cacahuate. Libre o bajo en grasa es preferible.

La carne de res o pollo que usamos para cocinar, o los embutidos que usamos para hacer botanas, también deben ser lo más libre de grasa posible. La grasa animal puede estar presente en nuestra dieta pero entre menos esté, será mejor para nuestra salud.

7.- Haga de los tiempos de comida y también de los snacks un momento divertido.

Así como enseñamos con entusiasmo y alegría a nuestros hijos a colorear, a jugar a las escondidas, o a cepillarse los dientes, enseñarlos a comer debe ser un momento lleno de alegría y energía positiva. Pelear con los hijos a la hora de comer no generará más que un círculo vicioso de rechazo y enojo por parte del niño y de toneladas de frustración y sentimiento de fracaso en el caso de los padres. Recordemos que nuestras expectativas deben ser razonables y que los niños necesitan tiempo para aprender, incluso los hábitos saludables.

8.- Sea proactivo

Dicen que el ejemplo jala más que mil caballos. La incongruencia entre lo que predicamos y lo que hacemos terminará por no generar los resultados que esperamos de los demás. Es un hecho que somos nosotros los que educamos y los que llevamos la batuta, y tenemos que ser firmes a la hora de establecer normas y hábitos en casa. Pero también es verdad que no podemos esperar que nuestro hijo aprenda un hábito que nunca ve que se practique en casa.

9.- ¡Seamos razonables!

¡Hey! Estamos frente a la epidemia de sobrepeso y obesidad más importante de la historia de la humanidad y definitivamente debemos cuidar a nuestros niños; enseñarlos a comer saludable y a ser activos físicamente. Pero ¡NO DEBEMOS OLVIDAR QUE SON NIÑOS!... y habrán momentos en los que será difícil excluirlos de lo que están haciendo los demás niños que les rodean. Funcionar en sociedad y pertenecer a un grupo son aspectos esenciales en el desarrollo social de todo niño. Tampoco queremos que se sientan raros ni incómodos.

A lo que voy es que habrá circunstancias como la ida a una fiesta de cumpleaños, al parque de diversiones con el grupo de la escuela, o al cine a ver la película de estreno, en las que sería valioso considerar el permitirles comer un poco menos sano que lo de costumbre. Si mediante el ejemplo, con firmeza pero con flexibilidad cuando la ocasión lo amerita, hemos transmitido el mensaje de una vida sana, seguramente podremos confiar que ellos podrán tomar las mejores decisiones; sin que por ello se sientan bichitos raros, sino al contrario, orgullosos de saber que eligen lo que es más conveniente para su propia salud.

10.- Promueva la independencia, sea constante y siempre vigile.

Si siente que va logrando sus objetivos y gradualmente ha ido mejorando la calidad de lo que se come en casa, será entonces momento de promover la libertad para que cada quien elija lo que debe comer, revalorando constantemente que los hábitos han sido enseñados y aprendidos adecuadamente. Es cansado estar siempre sobre la vida de los demás, regañe y regañe o indique e indique, aún sean nuestros propios hijos. Es mejor mantenernos sólo vigilando, pero de manera constante. Así, si vemos que las malas prácticas regresan, podremos actuar de manera oportuna y tranquilamente.

Estoy segura que si queremos, ¡podemos!... Y creo que casi todos los padres queremos lo mejor para nuestros hijos. Muchas veces es cuestión de atrevernos, esforzarnos y dar el primer paso de una larga caminata que nos llevará a una situación mejor; en este caso, hacia una edad adulta saludable, mediante una mejor alimentación desde la niñez.

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